SOL, SANGRE Y ARENA

Una de mis primeras fotos fue tomada en la feria de San Marcos, en un portabebé, viendo una corrida de toros (Si, el niño cachetón de la foto soy yo....y si, me quemé la cara en la corrida y ahora soy moreno mediterráneo jajaja. No puedo creer que NO VOY A COBRAR por mostrarles esta foto!!). Como pueden ver,  mi afición a los toros se remonta a mis primeros meses de vida. Luego, el gusto fue aprendido. Mis padres, buenos aficionados y apreciadores del arte taurino me llevaron con ellos hasta que pudieron, ya que al entrar en la edad de la "punzada", empecé a ir con mis amigos. Normal en esa época el desapego familiar adolescente, sin embargo, aprovecho la ocasión para agradecer a Blanquita y a Don Aureliano, por haberme inculcado la afición a la fiesta brava.

Pocas cosas me llegan a apasionar tanto como la llegada de un buen cartel de valientes toreros, toros de ganaderias de gran casta, bravura y abolengo y una tarde soleada en la plaza, en donde los valientes se juegan la vida en un palmo de terreno, en donde se mezcla el sol, la sangre y la arena en una expresión artística, irrepetible e instántanea, que se queda para siempre  grabada en la mente de los aficionados por el resto de la vida.

En Chihuahua, recuerdo las tardes de toros en "La Esperanza", a la que llamabamos "La plaza más grande del mundo" porque no había forma de llenarla (broma local). Todos los amigos ibamos vestidos con camisa blanca, jeans y botas vaqueras, puros TE AMO en la bolsa de la camisa, botas de cuero llenas con vino tinto y lugares en primera barrera de sol, frente a toriles: el lugar donde se deben ver los toros, decíamos, medio villamelones y fantoches, en aquel entonces. ¡Que buenas tardes!. Tardes llenas de emociones, de OLE'S sentidos de corazón, de rejones, de banderillas, de espadas y de astados bien puestos, bravos y llenos de brio. Vimos novillear al Juli, para luego verlo regresar ya convertido en matador consagrado. Vimos a Ponce, a Pablo Hermoso, a Eloy Cavazos ( maestro!), a Jorge Gutiérrez, a Armillita, entre muchos otros. Marcela mi hermana me acompañó a sus escasos 8 o 9 años por primera vez, y nunca olvidaré como quedó prendada de la fiesta y del ambiente que se vive en los cosos taurinos. Nunca tuvo miedo, al contrario, disfrutó la fiesta de principio a fin, y comprendió la naturaleza del espectáculo sin necesidad de muchas explicaciones. Ella está en el negocio del arte, no podía esperarse menos, lo trae en la sangre. Cynthia mi hermana también nos acompañó por muchos años y recuerdo con mucha alegría esos días, donde juntos nos sentabamos a ver torear a los grandes maestros y a pedirle a la autoridad por medio de pañuelos blancos, que soltara las orejas," los "rabos" y por que no?...hasta uno que otro indulto nos tocó ver. Y para cerrar la tarde, siempre había la "post fiesta" después de la corrida en casa de Pepe Gómez, muy querido amigo y gran aficionado taurino, en donde la bohemia, las guitarras y la buena compañía hacía que cerraramos con broche de oro las tardes de toros. Gratos recuerdos y momentos inolvidables que solo afianzaron en mi el amor por la tauromaquia.

Toda la parafernalia que envuelve a la fiesta es lo que la hace mágica: El programa y las pinturas de los carteles, los pañuelos blancos, la gente que va a ver y a ser vista ( la plaza es un desfile de modas impresionante), los puros, la bota, las cervezas, las semillitas, los colores de los trajes de luces, el adorno de las banderillas, la música y los pasodobles que animan a los toreros en una buena faena, la expectación antes de que salga el toro, los bordados en oro en los trajes y en los capotes de paseo, las monteras, las muletas, las ayudas, la superstición que se respira en el callejón durante toda la corrida. Es una fiesta para disfrutarla con calma, para respirarla, para vivirla al máximo. Es un retrato del arte, del estilo y de las emociones. Es la fiesta de los toros, la más especial de todas las tradiciones que nos han quedado de la madre patria.

Ayer asistimos a la  Plaza Monumental Lorenzo Garza, ibamos mi esposa (aficionada y gran observadora de lo que pasa en la corrida), Gaby mi cuñada ( ella es más aficionada a los toreros, jajaja) y mi sobrina Andrea (4 años, primer corrida en VIVO! para ella). Pasamos una tarde fenomenal y para mi sorpresa, Andrea estaba feliz. Gritaba OLÉ y agitaba los pañuelos brincando y sonriendo. Aguantó los 6 toros sin problema y no pude evitar recordar a Marce mi hermana en su primer corrida. La niña es taurina y no hay nada que hacer. Yo, por supuesto, no cabía de la emoción.

Definitivamente, uno de los placeres que disfruto en la vida es poder ir a los toros. Hoy quise compartir con ustedes esta afición. Por cierto, en este mundo loco e hipertecnológico en el que vivimos, he podido "twittear" en tiempo real el resultado de las corridas (http://twitter.com/aurelianogarcia). ¿Que increible, cierto?.

Definitivo, la cultura y la tradición no estan peleadas con la tecnología. Si están interesados en este tema, les recomiendo los libros de Heriberto Murrieta, las páginas de internet Burladerodos, 6Toros6 entre otras. Si de plano se van a lanzar a una corrida, un buen vino mexicano para su bota es Kerubel 2006 y los puritos pueden ser TE AMO, Montecristo, Romeo y Julieta o Cohibas. Ir a los toros sin estos aditamentos es como no haber ido, asi que cuiden este detalle.

Que viva la Fiesta y que disfruten sus tardes de toros!

Gracias por leer el blog, buena semana para todos ....y OLÉ!

Aureliano García