"Cuida los centavos y descuida los pesos".
La frase se explica por sí sola. Es utilizada cuando la gente, el gobierno o las empresas, toman la clásica actitud a la que le llamamos "cuentachiles", en donde el referido trata de ahorrar en temas de ínfima importancia y mínimo impacto pero malgasta a manos llenas el presupuesto en asuntos muchas veces absurdos e inservibles. Es una cuestión de pesos y centavos. Pero también es una cuestión de liderazgos caudillistas, ahorros mal entendidos, búsqueda de popularidad a costa de que los demás se priven de las cosas más elementales y que muchas veces se hace con el objetivo de causar una falsa imágen de austeridad, cuando la mano izquierda aprieta hasta ahogar, pero la derecha sale abundante y "manirota" para temas superfluos y banales.
Y lo vemos a diario: el gobierno apretando al pueblo, aumentando impuestos (aprovechándose del opio mundialista que tiene a todo el mundo volteando para otro lado), pero no se reduce el número de zánganos diputados que chupan la sangre del erario peor que si fueran drácula en una cruda curada con clamatos (Por supuesto, de bajarse sus ridículos sueldos de virreyes ni hablamos).
Tampoco vemos que los amigos del gobierno federal y estatal, le bajen a sus anuncios estúpidos de a millón de pesos diario, en donde tratan de justificar, d manera penosa, sus paupérrimos resultados y acciones mediocres. Lo vemos cuando el presidente se va a ver el fútbol al otro lado del mundo (a eso fué, no nos jodan con que fué a trabajar porque me da el reflujo otra vez) y hay familias en México que no han visto carne en su mesa desde hace mucho tiempo y seguramente asi seguirán.
Lo vemos en las familias donde el padre se bota toda la quincena en borracheras mientras en la casa no hay leche para los niños. Lo vemos en las familias que no tienen para comer pero lo poco que tienen se lo gastan en fiestas y en organizar eventos sociales que no pueden solventar. Lo vemos en los jóvenes que no se leen un libro pero ni regalado, pero siempre tienen dinero para cigarros, drogas o alcohol. Lo vemos en las señoras muy emperifolladas saliendo en la sección de sociales, pero tienen a sus viejos padres abandonados, y viviendo en la ignominia, en condiciones precarias. O las que son "buena onda" , que los tienen en un asilo, porque es la cosa "humanitaria por hacer" (además de que no les quitan su valioso tiempo para los temas de la socialité).
Y, por supuesto, lo vemos en empresas y organizaciones no gubernamentales. Los señores del Instituto Federal Electoral le han metido cantidades inmundas de dinero a sus anuncios de "si es 03: renueva" y otros tantos milloncitos para decir "si es 03: ah ah". Sin duda, el comercial mas irritante de los ultimos años y que ha costado dinero suficiente como para duplicar el numero de escuelas existentes en México, o para dotar de medicinas a millones de personas que no tienen para curarse una gripa o una migraña, por decir lo menos. Ah! pero eso sí: no han podido hacer una sola elección decente, ni comprar buenos materiales para las casillas y ni pensar en un sistema electrónico confiable para votar por internet y en realidad dejar de cargarnos a los electores los costos de sus aberraciones mentales.¡Esa es una utopía en este pais!. Lo que no deja de llamar la atención es como se "ahorra" en costos por concepto de la famosa tinta indeleble, dejándonos a varios los dedos carcomidos por un ácido indescifrable que el proveedor "barato" que consiguieron puso en su producto. Bonita cosa.
El caso más triste del cuidado de centavos y descuido de pesos es el que se da en el ámbito empresarial. Genera impotencia el ver que las compañías retiran temas elementales para los empleados como refrescos o estacionamiento, pero se gastan carretadas de dinero en despachos legales que tienen como mínimo 4 apellidos de socios como razón social (entre más apellidos, mas caro se factura y POR HORA), o en empresas de outsourcing que cobran el peso de los empleados que "rentan", literalmente, en oro.
Se corta hasta el hueso el presupuesto para capacitación y entrenamiento de los empleados pero se gastan cantidades exorbitantes en vuelos, comidas y hoteles de lujo. Se cortan beneficios laborales pero se gasta sin medida en comidas-cenas de negocios que muchas veces no dejan nada productivo, excepto una resaca monumental. Se ahorra en periódicos, pero se despilfarra en el sostenimiento de organizaciones burocráticas y en la creación de puestos inservibles ocupados por "Ivy League Boys and Girls" que no aportan nada que no sea un buen peinado y un olor a perfume caro que dejan a su paso al deambular, inútiles, por toda la oficina. Perder el foco de la importancia de cuidar y mantener a la gente y de cuidar el dinero en temas alineados con misiones y visiones bien redactadas, puede desembocar en la ruina empresarial.
Ser y actuar como un "cuentachiles" habla de nuestra calidad moral e intelectual. Podemos tapar el sol con un dedo, siempre y cuando no perdamos de vista que los otros 9 se estan quemando y todo el mundo se está dando cuenta. Congruencia es la palabra necesaria para evitar caer en la tentación de "cuidar los centavos y descuidar los pesos". Priorizar y tener claro cuales son nuestros temas vitales es parte de nuestro camino al equilibrio económico, social y personal.
Démosle a las cosas su justo valor. No contemos chiles. Contemos prioridades y enfoquemos nuestro gasto en temas de valor real y medible. Las prioridades estan en nuestra cara. Es cuestión de nosotros el quererlas ver o el voltear hacia otro lado.
Y tu..que piensas hacer?
Do something!!
Aureliano García
Aureliano García
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