Al ver la faz de los delincuentes que de vez en cuando y por tandas casi cronometradas atrapa la autoridad, es inevitable notar en esos rostros un toque de vulgaridad e ignorancia que es imposible de ocultar.
Son rostros demacrados algunos, mórbidamente obesos otros, lacerados por la pobreza extrema y el hambre, marcados por el rencor y el odio hacia la sociedad que los apabulló en sus años de párvulos y en algunos casos, rematados con la sorna de una sonrisa irónica, esa que dá la venganza en caliente, la que sabe mal, la que no sana, la que enferma, la que daña, la que mata. También, la que los hace en sus densos mundillos -en palabras de Michael Corleone- verdaderos "pezzonovante"
La mayoría de la gente los vé en los noticieros. Algunos, como el que escribe, hemos tenido la profunda pena de verlos a centímetros de distancia, blandiendo sus armas y vociferando con un léxico que no envidiaría el enfermo con el caso más grave de síndrome de Tourette. Y así, con tan triste facha y tan poco garbo, son capaces de hacerse -en segundos- del patrimonio ajeno, el que costó años forjar. Con su ropita floja, ordinaria, de urbe gris, con caballotes en las playeras para los mandos medios y marcas de nombres que seguramente no saben pronunciar correctamente para los jefes, así andan por las calles, por la vida...y por la muerte.
Un arma, fuertes dosis de ignorancia y cero conciencia son sus más grandes activos. Al ponerlos a trabajar, consiguen las cosas que el resto tratamos de obtener estudiando, leyendo, descubriendo y explotando nuestros talentos, empujando nuestros estudios al límite, buscando trascender y ser mejores homo sapiens. Para ellos, el "sapiens" sale sobrando. Pesa demasiado.
Una pistola contra un título universitario. Balas contra días de 12 horas de trabajo. Playeras Polo contra trajes, corbatas y sacos de cashmere. Ak-47's contra puertas transparentes, de vidrio, de negocios legales y establecidos para ejercer una profesión ansiada desde jóvenes. Violencia contra escuela. Terror contra honor.
El cuello de la cultura y el arte, de los valores, de la estructura familiar está siendo oprimido por la bota de piel exótica del palurdo. Un cuello asfixiado por el zapatito de marca del bandido que lo contrabandea, por la punta de una pistola de orígen ilegal y cañon humeante. La situación, a veces asfixiante, desespera. Ahuyenta. Olvidaba incluir en los activos de los delincuentes, las negras investiduras de algunos jueces engrasados a muerte por la mano ensangrentada que sostiene los billetes.
Creo firmemente, sin embargo, que no todo está perdido. Los brotes de acción civil empiezan a darse en la población. Los comités vecinales empiezan a buscar nuevas formas de cuidarse, de defenderse, de apoyarse. Los intelectuales hacen lo propio, presionando a las instituciones para que actúen o se vayan. Las instituciones educativas buscan ampliar su base de alumnos para pasar de ser una sociedad con base agraviable,a un pais con gente más agradable. Llegar a las mentes de las masas con cultura y libros es quizás, la jornada más dificil de librar por parte de universidades,colegios y sociedad, sin importar sus orígenes, consejales o bases fundamentales.
Si las pistolas escupieran letras, si las bocazas profirieran poemas, si los graffittis fueran Picassos y si las manos ofrecieran hojas de libros en vez de billetes, entonces las cosas empezarían a cambiar. Me rehuso a vivirlo en postpretérito. Nunca ha podido más la fuerza bruta que la razón. Las batallas las ganan los estrategas consumados, no los guerrilleros enajenados por su propio ego y por alguna que otra droga dura.Las muertes que se dan en una guerra, son dolorosas y sorpresivas para el que la pierde, pero calculadas desde el papel para el que las gana. Cuestión de poner las mejores mentes a trabajar en el papel, aunque eso implique un cambio de rumbo de 180 grados.
Algún dia, próximo por voluntad de todos, las letras y la buena fé derrotarán al plomo de una bala mal dirigida. Sacudirán la mano del que la esgrime contra todo lo bueno y volveremos a tener paz. No va a ser fácil, pero es que el camino ancho y sencillo conduce a la oscuridad de la ignorancia y la mezquindad. El camino tortuoso, pequeño, de pocos y angostos carriles, conduce finalmente a la virtud y a la paz.
Tomemos ese camino. No dejemos que a este país se lo trague el oscurantismo y la ignominia. Armémonos de pistolas que escupan letras. Su efecto puede ser lento, pero nos asegura un futuro añorable.
Do something!
Aureliano García
17/3/11
4/3/11
CÁTEDRAS DE BUROCRACIA
Historia real. Yo lo ví con éstos ojos y lo viví con éste jugo gástrico que aun me quema por dentro:
Lugar: Famosa tienda de artículos para mejorar la casa. Franquicia mundial.
Aqui los hechos:
Asociada (Así les dicen ahora): "¿No trae su tarjeta de puntos?..Uy no, pues tiene que salirse de la fila, ir a servicio a clientes, llenar una solicitud (por duplicado) regresar y pasarme el nuevo número para entonces poder solicitar a sistemas que nos haga la transferencia de su tarjeta anterior a la nueva y esperar 15 días a que se vea reflejado el nuevo saldo".
Mi respuesta: "Señorita, déjelo así. Cóbreme y olvidemos la tarjeta de puntos. No tengo tiempo en lo que me queda de renga vida para hacer todo lo que usted me acaba de decir."
Odio y admiro a los empleados así.
Los odio por obvias razones: por ineptos, por ser un estorbo en lugar de un apoyo para que nuestra compra sea más feliz, por obtusos, cerrados y por su cerebro de corto alcance. Es un odio sabroso, porque hasta cierto punto, el maltrato ya es esperado. Normal. Y al rumiar nuestra desesperación, se cierra el ciclo. Otra mala venta. Otro cliente encabronado (Excuse my french). No importa, que siempre caerán más.
Pero también los admiro porque no cualquiera tiene la capacidad de desechar todo el entrenamiento (poco o mucho) que le dieron para conocer los productos y servicios de la empresa donde trabaja, y grabarse solamente, en lo más recóndito de su cortecita cerebral, a fuego y de manera indeleble,toda la política interna de la empresa con absolutamente todos y cada uno de los detalles ideados para hacer el flujo de la operación más lenta que el tracto digestivo de un aficionado a las tunas con queso de puerco.
Llega un momento en que logro distinguir en sus opacos ojos, el gusto malsano de poder embarrarnos en la cara el por qué nuestra solicitud es absurda, molesta e intransigente. ¿Que lo quiere envuelto para regalo? ...¿Que lo quiere para hoy? ...¿Que lo quiere en otro color?...¿Que lo quiere puesto en su casa?...y llegan las palabras que alegran sus negros y fruncidos corazones: "NO SE PUEDE. ES LA POLÍTICA SEÑOR. Y LA POLÍTICA ES SAGRADA. Y LA POLÍTICA, POR SUPUESTO,NO NOS LO PERMITE."
Y empieza la cátedra: Minutos de sesudas explicaciones de por qué no puedo llevarme solo el saco y no la corbata, de por qué no puedo dejar de firmar 400 duplicados para poder obtener mi saldo, mi crédito, mi llave extraviada del auto. Lo recitan de memoria, con entonación de actor de Broadway,con una mirada que denota hastío y fatiga de tener que volver a decirle al cliente no solo que NO, sino POR QUÉ NO. Al final de la diatriba, se nos quedan viendo esperando que uno les agradezca el habernos puesto en nuestro lugar y casi esperan que nos disculpemos por haber nacido con semejante grado de estupidez en nuestras venas.
¿Cómo se nos ocurre ser clientes y pedir algo fuera de política (por cierto, desconocida e inservible para nosotros)?...¿Qué clase de animales somos que nos gusta sentirnos diferentes, bien tratados, dignos de una excepción o ya de perdida, dignos de una explicación de CÓMO SÍ se pueden hacer las cosas?. Al parecer, el ser cliente, a la vista de muchos del otro lado del escritorio significa "Vengo a joderte. Defiéndete" . Y que mejor defensa que la biblia del zángano, el credo del burócrata, el Popol Vúh del mediocre, el Corán del huevón: La política corporativa.
¿Y si en vez de machacarse tan duro la política se aprendieran 10 características y beneficios de cada uno de los productos que venden?...¿Y si se tomaran 5 minutos para conocer al cliente y ofrecerle soluciones personalizadas y no cátedras de burocracia?. Y si las empresas se dejaran de tanta cuadrícula mental y flotaran libremente en el conocimiento de que el mercado es de compradores, que sus politicas cuadradas se convertirán en cárceles,en jaulas que asfixian la cratividad y que la política cerrada de una empresa se convierte en la oportunidad de crear una ventaja competitiva para otro en un mercado dominado por un cliente apolítico corporativamente hablando? ¿ Y si pensaran en cómo hacer el negocio y no en cómo complicarlo para parecer más interesantes, sofisticados y absurdos?
Cátedras de beneficios. Cátedras de ventajas. Cátedras de razones para quedarse. Cátedras de evangelización de clientes. Cátedras para convertir al rudo en predicador. Cátedras de soluciones.Cátedras de Sí. Esas cátedras son las que ANSIAMOS escuchar, porque para oir tarugadas, basta con prender la TV.
Do Something!
Aureliano García
Lugar: Famosa tienda de artículos para mejorar la casa. Franquicia mundial.
Aqui los hechos:
Asociada (Así les dicen ahora): "¿No trae su tarjeta de puntos?..Uy no, pues tiene que salirse de la fila, ir a servicio a clientes, llenar una solicitud (por duplicado) regresar y pasarme el nuevo número para entonces poder solicitar a sistemas que nos haga la transferencia de su tarjeta anterior a la nueva y esperar 15 días a que se vea reflejado el nuevo saldo".
Mi respuesta: "Señorita, déjelo así. Cóbreme y olvidemos la tarjeta de puntos. No tengo tiempo en lo que me queda de renga vida para hacer todo lo que usted me acaba de decir."
Odio y admiro a los empleados así.
Los odio por obvias razones: por ineptos, por ser un estorbo en lugar de un apoyo para que nuestra compra sea más feliz, por obtusos, cerrados y por su cerebro de corto alcance. Es un odio sabroso, porque hasta cierto punto, el maltrato ya es esperado. Normal. Y al rumiar nuestra desesperación, se cierra el ciclo. Otra mala venta. Otro cliente encabronado (Excuse my french). No importa, que siempre caerán más.
Pero también los admiro porque no cualquiera tiene la capacidad de desechar todo el entrenamiento (poco o mucho) que le dieron para conocer los productos y servicios de la empresa donde trabaja, y grabarse solamente, en lo más recóndito de su cortecita cerebral, a fuego y de manera indeleble,toda la política interna de la empresa con absolutamente todos y cada uno de los detalles ideados para hacer el flujo de la operación más lenta que el tracto digestivo de un aficionado a las tunas con queso de puerco.
Llega un momento en que logro distinguir en sus opacos ojos, el gusto malsano de poder embarrarnos en la cara el por qué nuestra solicitud es absurda, molesta e intransigente. ¿Que lo quiere envuelto para regalo? ...¿Que lo quiere para hoy? ...¿Que lo quiere en otro color?...¿Que lo quiere puesto en su casa?...y llegan las palabras que alegran sus negros y fruncidos corazones: "NO SE PUEDE. ES LA POLÍTICA SEÑOR. Y LA POLÍTICA ES SAGRADA. Y LA POLÍTICA, POR SUPUESTO,NO NOS LO PERMITE."
Y empieza la cátedra: Minutos de sesudas explicaciones de por qué no puedo llevarme solo el saco y no la corbata, de por qué no puedo dejar de firmar 400 duplicados para poder obtener mi saldo, mi crédito, mi llave extraviada del auto. Lo recitan de memoria, con entonación de actor de Broadway,con una mirada que denota hastío y fatiga de tener que volver a decirle al cliente no solo que NO, sino POR QUÉ NO. Al final de la diatriba, se nos quedan viendo esperando que uno les agradezca el habernos puesto en nuestro lugar y casi esperan que nos disculpemos por haber nacido con semejante grado de estupidez en nuestras venas.
¿Cómo se nos ocurre ser clientes y pedir algo fuera de política (por cierto, desconocida e inservible para nosotros)?...¿Qué clase de animales somos que nos gusta sentirnos diferentes, bien tratados, dignos de una excepción o ya de perdida, dignos de una explicación de CÓMO SÍ se pueden hacer las cosas?. Al parecer, el ser cliente, a la vista de muchos del otro lado del escritorio significa "Vengo a joderte. Defiéndete" . Y que mejor defensa que la biblia del zángano, el credo del burócrata, el Popol Vúh del mediocre, el Corán del huevón: La política corporativa.
¿Y si en vez de machacarse tan duro la política se aprendieran 10 características y beneficios de cada uno de los productos que venden?...¿Y si se tomaran 5 minutos para conocer al cliente y ofrecerle soluciones personalizadas y no cátedras de burocracia?. Y si las empresas se dejaran de tanta cuadrícula mental y flotaran libremente en el conocimiento de que el mercado es de compradores, que sus politicas cuadradas se convertirán en cárceles,en jaulas que asfixian la cratividad y que la política cerrada de una empresa se convierte en la oportunidad de crear una ventaja competitiva para otro en un mercado dominado por un cliente apolítico corporativamente hablando? ¿ Y si pensaran en cómo hacer el negocio y no en cómo complicarlo para parecer más interesantes, sofisticados y absurdos?
Cátedras de beneficios. Cátedras de ventajas. Cátedras de razones para quedarse. Cátedras de evangelización de clientes. Cátedras para convertir al rudo en predicador. Cátedras de soluciones.Cátedras de Sí. Esas cátedras son las que ANSIAMOS escuchar, porque para oir tarugadas, basta con prender la TV.
Do Something!
Aureliano García
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