10/1/11

TRIBUTANDO AL TLATOANI

Pagar impuestos es una obligación milenaria. Ya sea en forma de comida, animales, joyas, metales y hasta vidas de mujeres o jóvenes, los tributos a los grandes Reyes Aztecas (Tlatoanis) eran entregados sin falta, ya que no hacerlo significaba la muerte más terrible y el deshonor para el infractor. En todas las culturas, los gobernados tienen obligaciones con sus gobernantes y viceversa, de manera legal, ilegal, con lujo de violencia o en santa paz. Dicen que en esta vida solamente no hay salvación para 2 cosas: la muerte y pagar impuestos.

El acuerdo tácito entre ciudadanos y gobierno es : "Yo te pago impuestos y proveo los recursos para que Tú los uses de manera eficiente, justa y transparente. Así, nos ayudas a cubrir nuestras necesidades comunitarias".Suena a un trato justo. Debería serlo. Pero casi nunca lo es. Y es aquí donde comienzan los problemas. Lo que debería ser un flujo de dinero enfocado en la mejora del país, termina siendo un barril sin fondo para alimentar una burocracia morbidamente obesa y repugnante, asi como los bolsillos de políticos corruptos, descarados y bandidos, que gozan de los tributos al más puro estilo de Moctezuma en sus buenos tiempos.

Como ciudadanos, vemos que la planeación de los presupuestos se hace al vapor, el último día, por 500 diputados y otros tantos senadores mantenidos por el erario, muchos de los cuales no se paran un solo dia a trabajar pero puntualmente reciben sus famosas "dietas" de cientos de miles de pesos mensuales, bonos, viáticos y demás linduras. Todo este grupo de trajeados, decide el presupuesto con grandes fallas, omisiones y con prisas vergonzosas, votando en la madrugada para cumplir con los tiempos, los cuales se desaprovecharon por meses y meses antes de esa fecha final.

Ya que está aprobado el presupuesto mal hecho,empieza la recolección. Los ciudadanos pagamos y vemos los resultados en nuestras colonias, ciudades, municipios, estados y paises. Con honrosas excepciones, la desilusión es mayoritaria: Se invierte poco en educación, se descuida al campo, se invierte en salud con mucha reserva y el dinero para adquirir la infraestructura para obtener los medios de producción y pasar del tercer al primer mundo, simplemente se olvidan. Mexico acaba de tener un superavit por ingresos de petróleo. Todo se ha gastado en importar gasolinas (al menos eso es lo que nos dicen). Éste es un tema que como ciudadano me hace agachar la cabeza por la vergüenza de ver como se ha dilapidado el mayor recurso y el mas poderoso activo de México. Somos bananeros. Con Lideres bananeros. Sí, lo malo es que lo bananero lo paga nuestro dinero.

La inseguridad en México indica el mal uso de los recursos para enfrentar al crimen organizado. La burocracia interminable, comiéndose la mayor parte de cada peso que pagamos de impuestos, indica el poco sentido empresarial que hay en el gobierno. Hacer 4 horas de fila para denunciar el robo de mi camioneta hace un par de meses, 4 horas para dar de baja las placas este fin de semana y casi 1,000 USD por pago de tenencia, es el proceso "normal" para este tipo de casos.No se cual robo me ha podido más.

La tenencia, un impuesto de 1968, "temporal", para subsidiar el costo de los juegos olímpicos de ese año sobrevive aun en nuestros dias. Decidí no pagarlo el año pasado como protesta ante una aberración fiscal con la que difiero profundamente. Pero para dar de baja las placas, tuve que liquidarlo. Si no, las fechorías cometidas en mi auto, serían achacadas al que ésto escribe. Es injusto, porque la única fechoría de la que me hago responsable es la de escribir este blog. Y así cada año, millones de personas siguen llevando al gran Tlatoani gubernamental, el tributo de un impuesto estúpido, pasado de fecha pero muy cómodo para los gobiernos, ya que les ahorra el esfuerzo de pensar en como aumentar la base gravable y cómo meter en cintura a los evasores.

Es hora de exigir con más fuerza el buen uso de nuestro dinero. Ver policías gordos, malpagados y desarmados "defendiéndonos" es vergonzoso. Transitar por calles llenas de baches, viajar por carreteras descuidadas, ver las calificaciones de los maestros y alumnos en los exámenes de desempeño escolar y darnos cuenta que somos de lo más bajo que hay, ver morir nuestro campo, ver salir nuestro petróleo y pagar 5 veces más su precio original por verlo regresar ya procesado, es sumamente doloroso. Ver como 499 haraganes (diputados, les llaman) y un haragán mayor de nombre Jorge Kawahgi , se sientan en el congreso a dormir, chatear o jugar con sus Ipads (también pagadas por nosotros) para luego saturarse de dinero con sueldos absurdos es una bofetada con mano de hierro a los ciudadanos.

No es mi propuesta el no pagar impuestos. Al contrario. Personalmente, los he pagado por más de 13 años sin falta. El gran Tlatoani aun logra presionarme para no caer en fallos. Mi propuesta es pagar los impuestos justos, que hagan sentido, exigir que haya transparencia en el uso y vetar las pésimas decisiones que se toman a diario en las altas esferas politicas de este pais.

Si los impuestos son altos pero la retribución del gobierno hacia sus ciudadanos es de primer mundo, el balance se encuentra. Hacia allá debemos caminar. La acción civil debe ser cada vez un factor decisivo para el buen vivir y el mejor convivir en la relación gobierno-gobernados.

El Tlatoani, en mi opinión, está colocado del otro lado de la mesa. Regresémoslo a donde pertenece. El Tlatoani somos nosotros. Hagámoslo valer.

Do Something!

Aureliano García

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