Suena a película del oeste, de las de Clint Eastwood. Donde el héroe, solitario y adusto, soporta estoicamente calor, polvo, cactus rodantes, balaceras, golpes, traiciones, desamores, duelos y una que otra resaca en algun pueblo fantasma que se atravesó en su camino.
Este personaje estilo Llanero Solitario es el que mejor refleja el tema que me ocupa el dia de hoy. Y recordé al héroe vaquero porque a ellos el mundo, la naturaleza humana en colectividad, simplemente los condena y tacha de imperdonables.
En la vida real le pasa igual a ciertas personas. Y es que el mundo que siempre nos observa es muy flexible con los demás excepto cuando sucede una cosa. Una sola cosa activa las antenas y hace sacar las garras.
Te van a perdonar todo: que seas fe@ o guap@, que seas blanc@ o negr@, que seas brut@ o inteligente, que seas pacifista o guerrillero, que seas capitalista o comunista, que seas tigre, rayado o hasta del América ( sin ofender ).
Todo se te perdonará menos una cosa: que te vaya bien en la vida. Que seas exitoso. Que marques la diferencia.
Triste. Cierto. Es simplemente Naturaleza Humana.
Todos hemos oido la historia de los cangrejos en un balde. Uno de ellos quiere salir y todos los demás se unen para alcanzarlo y bajarlo de nuevo al bote. Casi todos los grandes tienen una "biografía no autorizada" en donde alguien que los envidió por siempre escribe toda la "historia oscura" del personaje. Como un parásito, recoje las migajas del piso cobijándose bajo la sombra que alguien más le provee y pateando el pesebre hasta que se le gastan los zapatos ( ¿o las pezuñas?).
El éxito de uno puede ser el dolor más profundo para otro. Tener el valor de diferenciarse implica resignarse a traer el puntito láser en la frente todo el tiempo, alguien está a punto de disparar a cualquier hora del día. Hacer cosas diferentes, luchar por lo que deseas y sobresalir siempre vendrá acompañado de dos cosas: admiración de algunos, odio secreto de otros que te sonríen al pasar mientras te la mientan de dientes hacia adentro y finalmente, los detractores públicos acérrimos. Vienen con el paquete, no hay forma de deshacerse de ninguno de los tres.
La mejor criba para diferenciar amigos reales de farsantes es tener éxito. Lograr metas. Ser reconocido por algún logro. Y es que arriesgarse, poner todo en la linea, tomar decisiones a pesar de los pesares y salir avante de los problemas es muchas veces, imperdonable. Decidirse a dejar el "rebaño" para buscar nuevas oportunidades, dejar de ser "del montón", de "la bolita" y buscar crecer en todos los aspectos es un camino que normalmente se recorre solo. Acostúmbremonos.
Hoy le escribo a los imperdonables. Los que tienen los ojos de los espectadores sobre ellos y aun ante la crítica mas ácida y recalcitrante no se detienen ni los paraliza el que dirán. Hoy escribo a los imperdonables, los que nos recuerdan todos los días que todo se puede y que el único que nos saca de nuestra propia miseria somos nosotros mismos, pero AH!: hay que QUERER. Hoy le escribo a los imperdonables, los que ponen ejemplo, los que no se rajan, los que mantienen la sencillez despues de haber probado lo mejor de esta vida. Hoy le escribo a los que se atreven, a los que sorprenden, a los quetodos los dias los mueve el valor de poder decir: ¿Y por qué no?.
Hoy le escribo a los héroes solitarios. Ellos son los protagonistas de la película de la vida. Hoy he contado, literalmente, una de vaqueros.
Gracias, Imperdonables.
Y que Dios NO LOS PERDONE.
Do Something!
Aureliano García