Como buen fanático de la comida española, siempre estoy a la espera de poder conocer nuevos restaurantes que ofrezcan las delicias culinarias de la Madre Patria. En Monterrey no hay mucha variedad de este tipo de restaurantes, sin embargo, hay uno que merece una recomendación especial. Lo encontré en una revista de Aeroméxico en donde venía recomendado, asi que inmediatamente nos dispusimos Yazmín (otra fanática de la buena mesa) y yo a visitarlo y verificar la recomendación de la revista ( ojo con el pretextazo jaja)
Es el Restaurante BASIKO. Su slogan lo denomina: "Taller de Tapas". Y en realidad es un taller donde se experimenta de manera muy creativa con los sabores, olores y diseño de los platillos de una manera muy cuidadosa y con resultados extraordinarios.
El lugar es pequeño pero acogedor, decorado de manera moderna, sencilla y elegante. Atendido por 2 meseros/gerentes/especialistas en tapas (La verdad es que estos dos chavos hacen de todo y se ve que se enorgullecen de su trabajo; no pude verificarlo pero casi puedo asegurar que son socios o dueños del lugar), cuentan con una cocina que logra dejar en el comensal las ganas de volver, de volver a lo basiko.
Aureliano García
Es el Restaurante BASIKO. Su slogan lo denomina: "Taller de Tapas". Y en realidad es un taller donde se experimenta de manera muy creativa con los sabores, olores y diseño de los platillos de una manera muy cuidadosa y con resultados extraordinarios.
El lugar es pequeño pero acogedor, decorado de manera moderna, sencilla y elegante. Atendido por 2 meseros/gerentes/especialistas en tapas (La verdad es que estos dos chavos hacen de todo y se ve que se enorgullecen de su trabajo; no pude verificarlo pero casi puedo asegurar que son socios o dueños del lugar), cuentan con una cocina que logra dejar en el comensal las ganas de volver, de volver a lo basiko.
Hay una selección de tapas deliciosas, muy recomendables las de serrano y manchego. También unas entradas que abren el apetito, por ejemplo, el queso de cabra tibio cubierto de oliva y albahaca. El sabor es simplemente delicioso.
En los platos fuertes manejan el pato, la carne, el cerdo y el pollo, con fusiones mediterráneas, algo de asia y siempre los elementos tradicionales de la cocina española, para no perder la esencia. Hay un platillo de cerdo fileteado en una salsa cacahuata y vegetales que hace el dejar algo en el plato, un pecado capital.
Créme bruleé adornado con un algodón de azúcar sabor naranja o unos platanitos a la cubana son algunos de los postres que se pueden degustar en este lugar. Los martinis son buenísimos y tienen una seleccion pequeña pero bien escogida de vinos y cervezas españolas para acompañar los platillos.
En fin, cenar en Basiko ha sido una grata experiencia para los sentidos y disfrutamos de una cena de primera. Hay que llegar temprano, porque se ve que hacen porciones limitadas de cada platillo y hay algunos que se acaban rápido. Un detalle curioso es que, en la mesa de enseguida pidieron un platillo igual al nuestro, sin embargo las presentaciones eran totalmente diferentes. Al preguntarle al mesero/gerente/especialista/ nos dijo que el Chef diseña cada platillo de manera diferente y ellos no se meten con su creatividad. Creo que esto es lo que los hace Basikos, un ambiente de calidad, personalización y orgullo por la comida bien preparada y presentada siempre con un toque único y diferente.
Algunos se preguntarán cuanto me pagan por la reseña. La respuesta es NADA. Y si me ofrecieran algo seguramente NO ESCRIBIRIA sobre el tema. Si lo hago es por que creo que es nuestra obligación como clientes, el predicar y recomendar los lugares donde se respeta el buen servicio y la calidad en la atención. Creo que hay que romper el famoso mantra de mercadotecnia que dice que un cliente mal tratado le contara a miles de personas la mala experiencia, pero que un buen servicio se recomienda a menos de diez. Por que no empezar a contar lo bueno y crear cadenas de calidad en el servicio con conocidos, amigos y perfectos extraños?....
Por lo pronto, que bueno es volver a lo Basiko!
Aureliano García