No me gustan las sorpresas. Las evito al máximo. ¨Prever, antes que caer¨, es mi lema.
Pero esta vez, ni por error me pasó por la mente la idea de que, sin querer queriendo, en el transcurso de 5 años uno de los 3 clichés más famosos de la humanidad, lo hice sin darme cuenta. Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Fácil decirlo. Tarea monumental conseguirlo. Impactante lograr uno sin haberlo notado. No piensen mal....mejor lo explico.
✔︎El árbol lo planté gustoso en la sierra de Santiago, después de que un devastador incendio casi acaba con buena parte de esta maravilla natural. Lo describí al escribir ¡Bien Plantados!, cuando ese 2 de Septiembre del 2009, 3,000 arbolitos bien plantados por cientos de voluntarios me pusieron al 33% de la meta lejana de lograr el triple check.
✔︎✔︎El hijo llegó después. Planeado, esperado y profundamente amado, llegó Jr a nuestras vidas. El 8 de Octubre del 2010 nuestro mundo dio un vuelco de 180 grados, y fue en ese momento en que aprendí que es posible vivir para alguien más. La paternidad la narré en el post "Sin Manual", no sin lágrimas en los ojos y el corazón henchido de orgullo y emoción. Con la llegada de Aureliano, llegué al deseado 66% de alcance en el triple check, y solo quedaba, en un futuro, el famoso libro.
Para ser franco, aunque la lectura es uno de mis vicios irrenunciables, no pensé llegar al libro ni siquiera en el mediano plazo. ¿Pretextos? Todos. ¨No tengo tiempo, la escuela, la graduación, el trabajo, las vacaciones, pasó la mosca, ya dejó de pasar¨. Procrastinando como los grandes, lo dejé en la lista de pendientes, con la arrogancia del bruto, como si uno tuviera la vida comprada y el tiempo me esperaría a cuando me diera la gana cerrar el ciclo.
Y aunque odio las sorpresas, lo que hizo mi hermana Marcela para mi cumpleaños es una acción inesperada que atesoraré por siempre. Tras meses de trabajo intenso, Marcela fue leyendo, revisando, corrigiendo y dándole formato a 177 posts de este blog y a otros 15 de mi blog alterno,Rant-a-Touille, para ir dando forma empastada a todas las locuras que fui vertiendo aquí en los últimos 5 años. Mi regalo: La primera edición del Libro ¨Notas para el Corcho...¨. Mi hermana me convirtió en escritor publicado sin siquiera haberlo imaginado. Gracias Marce, nunca lo olvidaré.
Son 619 páginas que bien pueden fungir como autobiografía, tonopán para dormir o un compendio ilustrado de mi locura irreparable. Doctores, evítense el diagnóstico. No hay nada que discutir.
Sobre todo, porque al tener el famoso libro en mis manos, pude sentir la emoción que deben sentir los que escriben para vivir y creo que la adicción es más fuerte de lo que pude llegar a imaginar. Es una parte de la vida que queda ahí, entre 2 pastas ilustradas, a la espera de que alguien destape el frasco de las esencias, como dirían mis amigos taurinos. Es tiempo detenido, son historias embotelladas. Y quiero más.
Así como cambia el cuerpo y la mente, cambia también la manera de escribir. Al revisar las notas, me di cuenta que fui pasando de escribir para una audiencia a escribir cada vez más para mí. No es egoísmo, es que me cansé pronto de tratar de agradar a todos. No soy de ideas comunes, ofendo con facilidad y frecuencia a muchos de los que me leen, a veces sin querer, y a veces queriéndolo más que cualquier otra cosa en la vida. No es mala leche, es ser fiel a lo que creo, aunque los callos revienten. No se hacia donde va mi prosa, no quiero saberlo. Solo se que en ella va mi corazón y un poco del 3% de materia gris que a veces puedo llegar a usar. Ok, 2%.
Lo que no puedo hacer, es detenerme.
Pa´trás, ni pa´agarrar vuelo.
Como todo en la vida, el primero es el difícil. Y para mí, llegó fácil gracias a esta sorpresa de primer nivel. Así que empiezo pronto con el segundo, antes de que el tiempo gane su conspiración antiaureliánica. No se tampoco en manos de quién caerá, pero ahí estará, listo para que alguien lo descubra y lo juzgue duramente. Si tengo suerte, a alguien le servirá, y con eso todo está pagado.
✔︎✔︎✔︎
Voy por más.
Write Something.
Aureliano García